MANUEL ÁLVAREZ MACHADO.
En busca de un Ágora.

El día 22 de diciembre de 2011 comenzó una nueva etapa en la vida política española. Y no solo por el nombramiento de los ministros del primer gobierno de Mariano Rajoy o por la lectura que del perfil de sus componentes se deducía. También hubo que tener muy en cuenta la reunión, en un Hotel de Madrid, de los promotores del manifiesto “Mucho PSOE por hacer”, así como del manifiesto “Yo si estuve allí”, réplica al primero por parte de 20 ex altos cargos con Zapatero. Y como no, por los cuantiosos movimientos financieros que se dieron en Europa propiciados por el Banco Central Europeo (BCE), que afectaron, o pretendían afectar, de forma directa a todo nuestro entorno y a nuestro país. (estos préstamos del BCE se volvieron a producir en febrero de 2012). Parecían, por lo que se refiere a España, los tres puntos clave. Luego surgió Alemania.
Ahora, ocho meses más tarde, Rajoy y sus ministros, a pesar de haber incumplido gran parte de su programa electoral, siguen teniendo el mismo perfil y la misma imagen pública – aunque está ya muy deteriorada -; el PSOE sigue agazapado, disimulando y sin querer comprometerse más de lo que deben considerar oportuno – la corriente opuesta, en este partido, a la oficial , también esta callada -, y el BCE … ¡caramba con el BCE!, merece un severo análisis, junto a Alemania.
Y, en éstas, la crisis económica, llámese de las subprime, del gasto público, del déficit, presupuestaria, de la deuda pública o de la privada, con prima o sin prima de riesgo, de la soberana o de la sistémica, está en su apogeo, con clara tendencia a seguir agudizándose y siendo los menos favorecidos de la sociedad los más afectados o perjudicados, ¡como siempre!.
Pues bien, ante éste panorama pretendemos, con este artículo, reiniciar la pequeña serie de artículos que por aquellas fechas publicamos en la primera revista digital PULSO, reproduciendo los cuatro artículos que entre ese 22 de diciembre y el 15 de febrero vieron la luz, para seguir desde este mes de agosto desarrollándola. Esperamos sean de su agrado.
Regresando a aquél primer trabajo, decíamos que el ejecutivo presidido por Rajoy representaba las ideas y actuaciones que podríamos llamar neoliberales, y que sus recetas, para salir de la crisis económica en la que estamos, consistían básicamente en la reducción del gasto público, y en la recapitalización de la banca privada. Con ello, decían, los inversores, los empresarios y los emprendedores recuperarán la confianza y pondrán en marcha la economía.
Pues bien, nada de ello ha sucedido desde entonces, es más no se ha recuperado la confianza y la economía está en peores y alarmantes condiciones. Los recortes han sido tremendos y la banca parece que, en gran parte, va a ser “inminentemente” “rescatada”, (me gustaría que de una vez por todas nos explicaran, sin medias palabras ni conceptos susceptibles de confundir a los ciudadanos, que es eso del “rescate”, acaso algo parecido a lo que decíamos, en nuestra infancia, de ¿“pan y tomate para que no te escapes”?).
El PSOE, como partido que ahora lidera la oposición al gobierno, representa (sin exclusividad, por supuesto), a los defensores del llamado “Estado del Bienestar”, aunque ahora algunos lo duden. Para estabilizar, y en su caso mejorar, los logros sociales alcanzados en las últimas décadas y para superar la actual crisis económica, proponen y, probablemente seguirán proponiendo, el mantener los gastos sociales, subir determinados impuestos gravando las rentas más altas, mantener una controlada deuda del Estado, no acudir a los rescates de las entidades financieras con el dinero público, y crear una banca pública, además de oponerse a las privatizaciones en muchos sectores.
No parece que hasta la fecha su predicamento haya tenido mucho éxito con el actual gobierno. Tampoco es de extrañar, las cosas como son.
Los primeros ya iniciaron decididas actuaciones como medidas de contención y reducción de sueldos y, en su caso, de pensiones, con reducciones de puestos de trabajo en las empresas públicas y en las diferentes administraciones, con medidas de recortes en las prestaciones sociales, particularmente en enseñanza y sanidad, con aumentos de precios en los servicios públicos, con un increible aumento de los tipos del I.V.A., y finalmente están fomentando y preparando privatizaciones en muchos sectores e intentando, aunque sea con cargo al erario público, que la banca se “recapitalice” lo antes posible para que su sistema financiero pueda seguir en posición dominante.
Los segundos, ante los calamitosos resultados electorales obtenidos a lo largo de 2011, no han tenido más remedio que virar hacia posiciones y planteamientos consecuentes con su ideario., pero lo han hecho muy tímidamente, a pesar de lo que manifestaron y concretaron en su Congreso de febrero de 2012. Probablemente los que garanticen una mayor coherencia con las necesidades ciudadanas, serán los que acaben controlando el PSOE. Un “giro seco” hacia la “izquierda” parece necesario e inevitable. No olvidemos que desde la oposición será más fácil ”oponerse” a las presiones de “los mercados”. ¡Total!.
Los primeros contaban, por lo menos durante unos cuantos meses, con el apoyo de la toda poderosa Merkel y el también poderoso Sarkozy, es decir de Alemania y Francia, además del de los bancos, entidades financieras y grandes capitales. Solo hay que ver el medio billón de euros puesto a disposición de la banca europea la mañana del 21 de diciembre. (100.000 fueron para entidades bancarias españolas), y las inmensas cifras posteriores recibidas por varios conceptos.
Ahora, pasados unos cuantos meses, cuentan con menos apoyos (ya ha efectuado nuestro gobierno gran parte de las indicaciones del poder al que obedece), la crisis económica mundial se ha agudizado y muchos de los “socios” parece que solo piensan en como “apoyarse a sí mismos” y sacar la mayor ventaja, o minimizar las posibles pérdidas ¡Normal, son cosas de los que consideran el interés privado y particular como primordial, básico y elemental!
Los segundos, los segundos van a tener que aplicar mucha imaginación y muchos cambios en su “forma de hacer” para obtener o conseguir el apoyo de la juventud, sin la cual estarán irremisiblemente condenados a la derrota. Y no parece que estén utilizando suficientemente la imaginación.
Y los demás partidos de la oposición están en situación parecida. Necesitan imaginación y cambiar sus tradicionales procedimientos.
Podemos observar que en el escenario político ya están situadas las fichas de P.P. frente a las del PSOE (y otros partidos progresistas o de izquierda). Sin embargo, en el mismo escenario , frente a los elementos conservadores y sus apoyos económicos-financieros, no están situados, organizados, ni suficientemente cohesionados los movimientos ciudadanos y populares, especialmente los de la juventud, aunque, intermitentemente aparezcan con fuerza y apoyando ideas y planteamientos concordantes con los partidos de izquierda. Entre ellos hay que destacar los múltiples grupos nacidos en la primavera del 2011, como el 15-M.
Es más, nuevamente se perciben los intentos de los partidos por situarse mejor, dentro de las izquierdas, aprovechando la desilusión en el PSOE. ¡Hay sueños, aunque respetables, que matan!.
Ello genera un desequilibrio que, si no se corrige rápidamente, propiciará un largo invierno para las gentes menos favorecidas en la sociedad, y por ella. Los inviernos largos y duros son peligrosos para todos.
En consecuencia, hoy, la derecha y los intereses a los que defienden, tienen abierto el camino que les lleva a su destino, con escasa oposición real o práctica. Y la izquierda y los intereses de la mayoría de los ciudadanos están ante un panorama oscuro, por no decir tenebroso, lleno de incertidumbres por carencia de impulsos e imaginación suficientes.
Para evitar esta situación y reconducir nuestra sociedad por un camino solidario, en el que lo más importante sea el hombre, como individuo y como parte de una sociedad respetuosa y amable con todos, y no los intereses económicos de unos pocos, tiene que surgir el compromiso del ciudadano, ese compromiso que consecuencia de la indignación, de la reacción a lo indignante, y de la concienciación, cristalice en un actuar nuevo, diferente, creativo, que posibilite primero el equilibrio y posteriormente la recuperación del poder ciudadano a través de una democracia real. Algo se escucha, algo parece madurar entre las gentes y determinados grupos de pensadores, pero hay que esperar su consolidación, si se produce.
Se inicia una nueva etapa, en la que el objetivo de muchos debe ser la búsqueda de esas nuevas acciones, necesarias, y la puesta en marcha o aplicación de las mismas.
No hay que olvidar que el mundo ya no es pétreo, sólido, que ya no es posible sostener, sin riesgo de ruptura, instituciones duraderas con vocación de eternidad. La evolución es rápida, continua, imparable, y líquida como el agua.
Manuel Álvarez Machado.
Madrid, agosto de 2012.