
POEMA
En este Madrid, al que quieren llamar invierno,
brotan desde los maceteros de los balcones,
nubes de tormenta que deambulan por las calles .
Las farolas, palidecen.
Los neones colgados de los tejados, cejan en su parpadeo.
La obscuridad se extiende con una densidad que estremece…
En los despachos cerrados,
protegidos por las banderas,
los hombres de las corbatas de seda y los zapatos brillantes,
trazan rutas en los mapas.
Rutas por las que poder escaparse.
— ¿Qué es ese rumor?
—Es como un zumbido de abejas volando.
— ¡Miles de antorchas avanzan!
— ¡Vienen de Sol!
— ¡Aparecen por las esquinas
cubriendo plazas y bulevares!
Es una marea de luz humana
que prende el silencio de la noche,
y rompe la oscuridad que ocupa la calle.
En el interior de los edificios oficiales
Los hombres de las corbatas de seda y los zapatos brillantes,
desde sus despachos,
escavan túneles por dónde poder escaparse.
Jesús García Moreno