Es la palabra de moda, y por una vez y sin que sirva de precedente no procede del ámbito anglo-sajón, sino de Argentina, allí la aplicaron a las acciones que tenían como fin señalar donde vivían tranquilamente los responsables de los crímenes de la dictadura, que habían sido exonerados de culpa por los primeros presidentes democráticos, y a la vista de lo que pasó después, con total efectividad.
Aquí se ha destapado la caja de los truenos, pobres políticos, los que se han apostado en los domicilios de los padres de la patria son unos terroristas, a reformar el código penal y cadena perpetua con ellos, y ojo con defenderlos, si decimos que terrorismo es precisamente lo que hacen aquellos que permiten con su inacción legislativa, desalojar a miles de familias de sus casas, o con la acción testicular, privatizando la sanidad o recortando derechos fundamentales alevosamente, eso es demagogia, bien, que sigan sin escucharnos y haciendo lo que les mandan los poderes fácticos, aquí paz y después ajo y agua.
Solo una pregunta inocente para finalizar, un suponer, presunción o cábala, y no refiriéndome a ninguno en concreto ni en abstracto, si el domicilio de alguno de esos padres de la patria que ha puesto el grito en el cielo, fuese la cárcel de Soto del Real como le correspondería por sus delitos, ¿hubiera sido necesario montarle un escrache?